lunes, 8 de diciembre de 2014

Capítulo 8: Regina drama

Bien, me gustaría decir que en ese momento corrí hacia el lugar del grito.
Me gustaría decir que actúe heroicamente y fui valiente.
O al menos que corrí, en general.
O me moví.
Pero en realidad, el simple hecho de escuchar  a quien yo consideraba mi mejor amiga gritar, no sabría decir si de dolor o terror, me dejó en shock, ya que la única vez que había escuchado un grito así fue la última vez que había visto en mi padre.
Mi padre, que solo quería verme una vez mas, que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
De pronto, Dylan me saca del triste recuerdo:
-Lid, vamos, creo que Lena-me dice y me toma de la mano.
Es extraño como las personas podemos sentir cosquillas en el estomago en los momentos en los cuales debería ser imposible, en momentos como este.
-Está bien, vamos-le digo, permito que me siga tomando la mano, ¿a quien quiero engañar? me gusta la sensación de él tomándome la mano.
Concéntrate Lidia me dice una pequeña voz en mi cabeza. 
Eso no quiere decir que este loca, ¿o si?
A quien le importa, todos estamos aunque sea un poco locos, algunos mas que otros.
Seguimos corriendo hasta llegar a donde está Lena, y cuando llegamos, no puedo creer lo que veo.
Nada.
Así se describiría la escena.
No hay nada que nos diga la razón de que Lena gritara.
-¿Que demonios...?- susurra Dylan a mi lado.
-Tal vez simplemente es una dramática- dice una voz a mi lado e inmediatamente la reconozco: Elena.
Por alguna razón, a ella siempre le ha "desagradado" Lena.
Es algo gracioso, Elena y Lena.
Ambas llevan Lena.
-Mira quien habla, Regina drama- le digo y comienzo a ver el lugar.
Escucho que Dylan se rie y Elena se molesta y me dice:
-Sabes que es la verdad.
Y se va.
Si, toda una Regina Drama.
*******
Un par de horas después, estaba sentada en mi cama, pensando donde podría estar Lena.
Todo el Campamento estaba buscándola, tal vez solo era una broma suya, eso me decía a mi misma.
Aunque sabía que no podía ser así, Lena no era de esa forma.
Y, repentinamente, comenzó a llover.
Dioses, eso nunca era bueno.
No si vives en este mundo de dioses griegos, mitos y demás.
Para los mortales, la lluvia significaba a veces felicidad y buenas cosas, pero aquí, justo aquí, significaba que Zeus está enojado.
Y eso no era bueno, no en estos momentos.
Así que hice lo único que me sentía capaz de hacer en estos momentos, al menos para poder sentirme mejor.
Lloré.
¿Cuanto tiempo?
No podría decirlo

sábado, 1 de noviembre de 2014

Capítulo 7: Un tiempo para pensar

No podía ser posible.
Había besado a Dylan.
Pero no podía solo pensar en eso.
Debía ponerle atención a Dionisio, que nos estaba dando un anuncio, aunque parecía más aburrido que nada.
-La próxima semana, habrá una carrera de carros, así que cada cabaña que participe debe ir preparando su carro.
Hubo murmullos, como cada vez que cualquier persona hablaba, la gente siempre hablaría, eso siempre lo había sabido.
Pero a pesar de eso, comprendía a los murmullos de desaprobación, las carreras de carros nunca terminaban bien.
Debía de haber como mínimo un buen par de accidentes, si no, no era considerada una verdadera carrera de carros.
Con la mirada busque a Lena, tampoco le ilusionaba mucho la idea, hace 2 veranos, ella había caído del carro y había pasado un par de días en la enfermería y desde ese día, ella había odiado las carreras de carros.
Después busque con la mirada a Wyatt, él parece más emocionado que nada.
A pesar de las caídas, Wyatt es hijo de Ares y al le encantaba todo esto, era uno de los más valientes de su cabaña.
Después, involuntariamente, busco a Dylan con la mirada, y al darme cuenta de que él también me mira, miro hacia otro lado.
Aparentemente, a casi nadie le gusta la idea, pero a pesar de todo, es divertido hacer el carro.
Cuando acabo la "reunión" Lena se dirigió hacia mí y dijo:
-Besaste a Dylan.
Creo que mi mandíbula había caído hasta el suelo.
Sentí como me sonrojaba.
-¿Qué? No, para nada, porque dices...
-Sofía los vio.
Esto no podía pasarme a mí.
Busque a Sofía con la mirada y me di cuenta de que me miraba herida y molesta.
-¿Por qué no me lo dijiste?-me reclamo Lena, aunque con una sonrisa que decía "te lo dije"
-Voy a hablar con Sofía y te contaré todo ¿sí?
Lena suspiró.
-Está bien.
Antes de que pueda llegar a Sofía, Dylan se acerca a mí, Sofía, al ver esto, se aleja.
-¡SOFÍA ESPERA!- le grito, desesperada por hablar con ella.
-Lid...-me dice Dylan.
-Dylan, ¿podrías esperar un poco, por favor? necesito hablar con Sofía-le digo y el parece comprender de que quiero hablar con ella, porque asiente y se va con los chicos y chicas de su cabaña.
-¡Sofía!- sigo gritando, hasta que la veo y la detengo.- Sofía, por favor, háblame.
-¿Para qué, para que me digas lo feliz que estas con Dylan?-me dice y por primera vez, veo lágrimas en sus ojos.
-Sofía...-le digo, porque de verdad me siento mal, me siento mal porque sé que prácticamente la traicione, diciéndole que Dylan no me gustaba y después besándolo.
-Solo déjame sola, dame un tiempo para… pensar, no te reclamaré nada, comprendo que siempre te gusto, pero yo… necesito asimilar todo esto, ¿sí?- me dice, y decido que tiene razón, así que me voy y la dejo sola, tal como pidió.
 Cuando busco a Dylan no lo encuentro, así que decido ir a hablar con Lena primero.
Apenas comienzo a buscarla cuando ella me encuentra.
-¿Cuándo te diste cuenta que te gustaba? ¿Él te besó? ¿Tú lo besaste? ¿Cómo…?
-Oh Lena, eres peor que un policía.
-Entonces, ¿Él te besó o tú lo besaste?
-No estoy segura ¿sabes? Solo pasó.
-Entonces...
-Lidia, ¿podemos hablar?- dice una voz a mi espalda, interrumpiendo a Lena.
-Yo...
-Claro, ¡adiós Lidia! cuando termines de "hablar" te veo en la armería- me dice Lena antes de que pueda decir nada, me guiña un ojo y se va.
A veces quiero ahorcarla.
-Lidia ¿podemos ir al bosque?-me pregunta, y por primera vez, parece algo tímido.
-Claro, solo...
Pero no tengo tiempo de completar la oración, ya que se escucha un grito totalmente desgarrador.
Y viene de la armería.
Justo donde está Lidia.

viernes, 31 de octubre de 2014

Capítulo 6: Resolver(y besar) asuntos pendientes

Habían pasado cuatro días desde que Dylan había tratado de besarme, y en esos dos días lo había tratado de evitar en la mayor medida de lo posible.
Lena me dijo que tenía que hablar con él y no huir de su presencia cual cobarde.
Pero simplemente aún estaba en shock, me sorprendió que Dylan tratara de besarme, simplemente me sorprendió el hecho de que yo le gustara.
No es que me considerara una chica fea, sabía que no era fea, pero aún así no comprendía cómo podía gustarle. 
Sofía estaba triste, me dijo que Dylan le había dicho que lo sentía mucho, pero que no podía salir con ella mientras quería a otra.
Lo cual me hizo sentir culpable, ya que Dylan la había rechazado por mí.
Pero aparentemente él se convenció de que debíamos hablar, ya que ayer se acerco sin que lo viera, así que no pude huir de él cuando me dijo:
-Lidia, tenemos que hablar.
No quería hablar con él, no ahora, tenía que pensar que decirle.
-Bien, vamos a hablar, pero en otro lado.
-Está bien.
Caminamos hacia el bosque.
-Lidia yo...
-Lo siento mucho.
-¿Este es el momento en el que me dices que solo me ves como un amigo?
Pensé en decirle eso, solo por un momento, en decirle que sí, que lo veía como un amigo.
Pero sería mentir, ya que a pesar de todo, en estos días no podía dejar de pensar en ello, por más que lo evitara.
-No, este no es ese momento- le dije y vi que él comenzaba a sonreír.
-¿Estás bromeando?
-No, para nada.
-Bueno, entonces, ¿Puedo...
-No preguntes si puedes besarme, eso arruinará el momento.
-Entonces...
Dylan me besó.
Y en esta ocasión no baje la cabeza para evitarlo.
Antes de que Dylan pudiera seguir besándome, escuche que alguien gritaba:
-¡TODOS LOS CAMPISTAS REÚNANSE EN EN PABELLÓN DEL COMEDOR AHORA!
Cuando miro a los ojos a Dylan, puedo sentir como la sangre sube a mis mejillas.
-Bien...
-Creo que deberíamos ir
-No vamos a hacer como si esto no hubiera pasado ¿O sí?
Suspiro y niego con la cabeza.
-No, solo es algo... incomodo
-¿Por qué?-me pregunta y una sonrisa maliciosa se forma en su rostro.- ¿O nunca habías besado a alguien?
-Creo que deberíamos ir-murmure enfurruñada y caminando, o más bien corriendo, lejos de él.
¿Se estaba burlando de mí? Pues bien, que se fuera al Tártaro a hacer gárgaras.
-Lid, lo siento ¿Si? perdóname, no era mi intensión molestarte.

-Bien, pero debemos ir a ver porque nos llaman.

lunes, 27 de octubre de 2014

Capítulo 5: Casi un beso

La chica (Anabel) me miraba como si por fin se sintiera aceptada, supongo que esa fue mi mirada hacia Lena.
Gracias me dice entre labios.
De nada le contesto.
Ni puedo evitar verla como una persona pequeñas, a pesar de que probablemente es de mi altura o más alta.
Todo el mundo comienza a irse y solamente quedamos Dylan, Anabel,  y yo.
Sí, como lo sospechaba, es de mi altura.
Y aparentemente a Dylan le parece gracioso.
Que insoportable.
-Gracias-me dice Anabel.
-No hay problema, pero creo que tendrás que ir a tu cabaña-le digo y veo que aparentemente la idea de ser observada por muchas personas no le agrada tanto.
-Puedo acompañarte, si quieres claro- le ofrezco, y el alivio parece inundar su rostro.
-Sí, estaría bien
-Puedo ir con ustedes si quieren- se ofrece también Dylan.-Además, necesito hablar contigo-dice esto último en tono algo serio y susurrando, probablemente para que lo escuche solamente yo, eso creo.
Oh, esto suena a problemas.
Acompañamos a Anabel hasta la cabaña de Hermes, donde nos encontramos con Berenice, quien se ofreció a explicarle todo el funcionamiento del lugar.
A pesar de que creí que no le agradaría, Anabel parecía tranquila, así que la dejamos con Berenice.
Nos alejamos de la cabaña hacia el bosque y le pregunto:
-Ahora sí, ¿De qué querías hablar conmigo?
-De Sofía, ¿Por qué le dijiste que tal vez tenía una oportunidad conmigo?
-Wow, me sorprende lo directo que eres, y sobre tu pregunta, ¿Por qué no tendría una oportunidad conmigo?
-Sabes perfectamente porque.
Oh no, por favor, que esto no sea cierto.
-No, no se la razón.
-Todo mundo la sabe, alguien debió decirte algo antes.
-No tengo idea de que...
Dylan iba a besarme.
Estaba tan cerca que si me hubiese acercado más, probablemente nuestros labios se tocarían.
Pero no quería besarlo, no ahora.
¿De verdad acababa de decir no ahora?
Antes de que pudiera besarme, agache la cabeza, y un relámpago estalló en la lejanía.
Dylan me miro fijamente.
-Lo siento- es lo único que me dice.
Pero antes de que pudiera decirme algo mas, salí corriendo.
****
La primera persona a la que encontré fue a Lena.
Ella era la única a la cual podía contarle lo que había pasado.
-¡Lena!-le grité, no me importo la mirada de sus compañeros.- ¡Ven aquí inmediatamente!
-Pero...
-¡Ahora!
-Bien.- Sonríe y decide que de verdad es importante.
Vamos hacia el otro lado del bosque, lejos de donde Dylan y yo...
-¿Qué pasa?-me pregunta Lena y le cuento todo.
Cuando termino de contarle, ella solo dice(o más bien grita):
-¡LO SABÍA!
-Cállate Lena, no necesito apoyo en esto.
-Es solo que siempre lo supe, él siempre te miraba como si…
-Lena, me preocupa Sofía, si ella se entera que él y yo casi, ya sabes, nos besamos.-le digo.-Nunca me hablara mas, ella es la única con la cual me llevo realmente bien.
-Entonces, cambiemos de tema, si no fue un beso, ¿Cómo lo describirías o como lo llamarías?
-Un casi beso.-le digo y siento que me sonrojo.

domingo, 26 de octubre de 2014

Capítulo 4: Bienvenida al Campamento

Estaba a punto de vencer a este retrasado.
Lena siempre me había dicho que, aunque no era precisamente alta o amante de la idea de las peleas o combates, yo tenía la fuerza suficiente para ganarle a la mayoría de los chicos de este campamento.
¿Cómo lo logro? No tengo ni la más remota idea, solo sé que cuando llega el momento, se que es lo que debo hacer.
Decido que es suficiente y doy el último golpe.
-¿Cómo lo haces?- me pregunta Amanda, que es hija de Afrodita.
-No lo sé- le contesto y camino hacia Sofía, que parece tener la mirada perdida.
-¿Te pasa algo?- le pregunto y al seguir su mirada, veo a quien mira: Dylan.
-No- me dice y suspira.- ¿Crees que tenga novia?
-¿Quién?- le pregunto, aunque ya se dé quien habla.
-Dylan, obviamente- me dice, repentinamente alerta de nuevo.
-No creo, no que yo sepa, al menos- le contesto mientras busco una toalla para secarme el sudor de la cara.
-Es solo que… todos dicen que le gustas- me dice.
Siento como me sonrojo.
-No creo que sea cierto, él y yo solo somos amigos- le digo, lo cual es cierto.
-¿Entonces no te molestaría si yo...?
-Para nada- le digo y me rio brevemente.
-Oh, bueno, adiós-me dice y se dirige hacia él.
-¿Sabes que va a rechazarla?- dice una voz tras de mí y me sobresalta.
De la nada, aparece Lena, que tiene puesta la camiseta del campamento, unos pantaloncillos cortos y unos tenis.
-¿Podrías tratar de ser más positiva? Tal vez él acepte salir con ella- le digo, aunque no sea muy cercana a Sofía, no me gustaría verla sufrir.
-Sabes que tú le gustas a Dylan, por lo tanto, quedan dos opciones: O la rechaza o la usa para darte celos.
-Tal vez Lucio...
Antes de que ella pueda callarme, Wyatt llega corriendo y dice:
-Hay una nueva chica.
Inmediatamente todos van a buscar a la chica nueva, para saber de quién es hija y que cabaña tendrá una nueva integrante.
Cuando la veo, está con Dionisio, aunque él no parece darse cuenta de la multitud que la rodea.
Pero ella sí.
Es alta, aunque supongo que debe tener unos 13 años, tiene un cabello rubio  y ojos azules.
Casi estoy segura de a que cabaña se irá y, obviamente, de quien es hija.
Hermes.
Ella parece nerviosa, así que decido intervenir.
Siempre he agradecido mi 1.64 de altura, ya que puedo entrar entre la gente fácilmente.
Pero choco contra alguien antes de llegar a ella.
Dylan.
Me sostiene con ambos brazos, antes de que caiga al suelo y mientras dice:
-Calma gente, creo que ya han visto a una chica antes.
La chica se sonroja.
Y creo que yo también.
Hago que me suelte y volteo hacia la chica.
-Supongo que eres por determinar, ¿cierto?
-¿Por determinar?- me pregunta, aparentemente confundida.
-¿Sabes quién es tu padre o madre?- le pregunto y la duda se borra de su rostro.
Asiente con la cabeza.
-Es Hermes
Aunque me sorprende que sepa quién es su padre, asiento y le digo:
-¿Cuál es tu nombre?
-Anabel
-Bueno un gusto conocerte Anabel.
Bienvenida al Campamento.

domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo 3: Ahí está él

Mientras caminamos hacia el pabellón, me doy cuenta de que Wyatt no nos ha seguido.
Tal vez está enojado, pienso.
Aunque dejo de preocuparme por eso cuando lo veo, viene hacia Sofía y yo y no parece enojado.
-¿Cómo se atreven a dejarme atrás? ¿No saben que sin mí morirían así de rápido?- dice mientras chasquea los dedos.
-Oye recuerdas cuando estábamos en el bosque y tú...
-Bien bien, no he dicho nada.
-Mas te vale- le digo y camino hacia la mesa que corresponde a mi cabaña, con Sofía a mi lado.
Con la mirada busco a Lena, una de mis pocas amigas, además de Andrea, pero ella es hija de Ares, así que, al menos mientras estamos en el pabellón del comedor, me siento algo sola.
Aparentemente, nunca logré congeniar muy bien con mis medio-hermanos, a pesar de ser hijos e hijas de la misma madre, no había encontrado alguien que me agradara tanto como Lena, Andrea, Wyatt e inclusive Dylan.
Sofía me agradaba, pero era demasiado seria para mi gusto, pero aún así su compañía era agradable, a pesar de todo.
Lena fue de las primeras en hablarme, a pesar de ser de cabañas distintas, Lena se justificaba diciendo que vio en mí a una futura amiga y aliada.
Aunque las primeras palabras que me dijo fueron, distintas a eso que "vio" en mí:
-Eres muy pequeña.
-Lidia, te está hablando tu "amiga"- me dice Sofía, sacando de mis pensamientos.
Por alguna razón, a Sofía no le agrada Lena.
-Lena, ¿no se supone que deberías estar en tu mesa?- le pregunto, aunque sé que a Lena le da prácticamente lo mismo.
-Sí, ya lo sé, pero quería decirte que "él" ya regresó- me susurra para que Sofía no escuche.
-¿Él? ¿Podrías por favor decirme quién es “él”?- le susurro.
-Dylan- me dice, aún susurrando.
No puedo evitarlo, pongo los ojos en blanco.
-¿Y porque me importaría si Dylan ya regresó o no?- le sigo diciendo en susurros, Sofía, al darse cuenta de todo, se va con los demás, dejándonos relativamente solas en la esquina de la mesa.
-Porque te gusta- me dice Lena, insistiendo en una teoría suya de hace 1 año.
-NO.ME.GUSTA-le susurro entre dientes.
-Siempre lo miras- me dice con una sonrisa maliciosa.
-Claro, ¿quieres decir que lo miro como tú miras a Lucio?- le pregunto, e inmediatamente ella se sonroja.
-Bien, me rindo- me dice -. Ahí está él- y señala a la mesa donde se que él está.
-Que bueno- le digo, esperando a que comiencen a servir la comida de una buena vez.
-Sólo admite que te gusta, solo eso- me dice.
-El día que mate a un pegaso, admitiré que me gusta- le digo.
-Pero eso no va a pasar, tu amas a los pegasos- me dice, creo que aún sin captar lo que le dije.
-Exacto, es imposible que admita sentimientos que no existen- le digo y me doy cuenta de que Quirón viene hacia acá.
-Pero...- antes de que pueda decirme algo, parece también notar que Quirón viene y decide irse a su mesa.
***
Todo el tiempo que estuve en el pabellón del comedor, cada vez que miraba hacia Lena, ella articulaba un nombre.
Dylan.
¡Por los dioses!
Claro que él no me gustaba.
Me agradaba, sí, me caía bien, sí, pero de eso a que me gustara era algo totalmente distinto, en los 2 años que había pasado aquí no hablábamos mucho, en realidad.
Y si Lena seguía molestándome con él, o le decía algo de mis falsos sentimientos por él, yo planearía una estrategia de venganza.
Porque yo era hija de Atenea,diosa de la sabiduría, artesanías, defensa y estrategia.
E idearía una estrategia para detenerla.

sábado, 18 de octubre de 2014

Capítulo 2: ¿Me extrañaste?

Ahora tengo 15 años.
Hace 2 años que ha pasado todo esto.
Hace 2 años que conocí la verdad sobre mi pasado y sobre mi misma.
Hace 2 años que descubrí que soy una mestiza.
Y hace 2 años que decidí no ver a mi familia.
Tal vez era algo cruel, pero simplemente verlos era como pensar que yo no era como ellos, que no era parte de esa familia, no del todo al menos, en pocas palabras, era demasiado doloroso.
Al menos aquí había conocido a chicas y chicos que me comprendían.
Un claro ejemplo era Lena, ella era hija de Zeus y aparentemente le fue mucho peor que a mí.
A ella su padre mortal le gritaba y la maltrataba, ella nunca había entendido porque se comportaba como si la odiara, después de todo, ella era su hija.
Claro que cuando se enteró de la verdad, todo fue claridad para ella.
También estaba Wyatt,hijo de Ares, que al igual que a Lena le gritaban e inclusive lo maltrataban, aunque el era mas... se defendía mas que Lena, al menos verbalmente.
-¡Lidia concéntrate!- me dice Sofía- Vas a sacarme un ojo si sigues lanzando flechas al aire, o vas a matarme.
-Lo siento Sofía- le digo, y me concentró mas, al menos hasta que algo o alguien me empuja desde atrás y me derriba.
-¿¡Pero que...?!
-Tranquilízate Lid, soy yo- dice la voz de la persona que, de hecho, sigue encima de mí, pero sé quien es.
-Wyatt- resoplo.
-Sé que me extrañaste- me dice.
-De hecho no, pero si te me quitas de encima, tal vez te diga que sí- le digo e inmediatamente se levanta.
-Así que, ¿me extrañaste?- me dice y levanta una ceja.
-Déjame pensarlo, NO- le digo y recojo el arco y trato de seguir, pero claro que no puedo, Wyatt está molestándome de nuevo.

-Dijiste que si me quitaba de encima me dirías que me extrañaste- me dice, fingiendo hacer un puchero.
-No, yo no dije eso. Dije que si te me quitabas de encima, tal vez te diría que te extrañe y adivina que, he decidido que no te extrañe- le digo y me volteo a hablarle a Sofía-.¿Sabes cuánto falta para la hora de la cena?

-Es, de hecho, ahora mismo, ¡vamos!- me dice mientras vamos hasta el pabellón del comedor.