Mientras caminamos hacia el pabellón, me doy
cuenta de que Wyatt no nos ha seguido.
Tal vez está enojado, pienso.
Aunque dejo de preocuparme por eso cuando lo
veo, viene hacia Sofía y yo y no parece enojado.
-¿Cómo se atreven a dejarme atrás? ¿No saben que
sin mí morirían así de rápido?- dice mientras chasquea los dedos.
-Oye recuerdas cuando estábamos en el
bosque y tú...
-Bien bien, no he dicho nada.
-Mas te vale- le digo y camino hacia la mesa que
corresponde a mi cabaña, con Sofía a mi lado.
Con la mirada busco a Lena, una de mis pocas
amigas, además de Andrea, pero ella es hija de Ares, así que, al menos mientras
estamos en el pabellón del comedor, me siento algo sola.
Aparentemente, nunca logré congeniar muy bien
con mis medio-hermanos, a pesar de ser hijos e hijas de la misma madre, no
había encontrado alguien que me agradara tanto como Lena, Andrea, Wyatt e
inclusive Dylan.
Sofía me agradaba, pero era demasiado seria para
mi gusto, pero aún así su compañía era agradable, a pesar de todo.
Lena fue de las primeras en hablarme, a pesar de
ser de cabañas distintas, Lena se justificaba diciendo que vio en mí a una
futura amiga y aliada.
Aunque las primeras palabras que me dijo fueron,
distintas a eso que "vio" en mí:
-Eres muy pequeña.
-Lidia, te está hablando tu "amiga"-
me dice Sofía, sacando de mis pensamientos.
Por alguna razón, a Sofía no le agrada Lena.

-Sí, ya lo sé, pero quería decirte que
"él" ya regresó- me susurra para que Sofía no escuche.
-¿Él? ¿Podrías por favor decirme quién es “él”?-
le susurro.
-Dylan- me dice, aún susurrando.
No puedo evitarlo, pongo los ojos en blanco.
-¿Y porque me importaría si Dylan ya regresó o
no?- le sigo diciendo en susurros, Sofía, al darse cuenta de todo, se va con
los demás, dejándonos relativamente solas en la esquina de la mesa.
-Porque te gusta- me dice Lena, insistiendo en
una teoría suya de hace 1 año.
-NO.ME.GUSTA-le susurro entre dientes.
-Siempre lo miras- me dice con una sonrisa
maliciosa.
-Claro, ¿quieres decir que lo miro como tú miras
a Lucio?- le pregunto, e inmediatamente ella se sonroja.
-Bien, me rindo- me dice -. Ahí está él- y señala a la mesa donde se que él está.
-Que bueno- le digo, esperando a que comiencen a servir la comida de una buena vez.
-Sólo admite que te gusta, solo eso- me dice.
-El día que mate a un pegaso, admitiré que me gusta- le digo.
-Pero eso no va a pasar, tu amas a los pegasos- me dice, creo que aún sin captar lo que le dije.
-Exacto, es imposible que admita sentimientos que no existen- le digo y me doy cuenta de que Quirón viene hacia acá.
-Pero...- antes de que pueda decirme algo, parece también notar que Quirón viene y decide irse a su mesa.
-Que bueno- le digo, esperando a que comiencen a servir la comida de una buena vez.
-Sólo admite que te gusta, solo eso- me dice.
-El día que mate a un pegaso, admitiré que me gusta- le digo.
-Pero eso no va a pasar, tu amas a los pegasos- me dice, creo que aún sin captar lo que le dije.
-Exacto, es imposible que admita sentimientos que no existen- le digo y me doy cuenta de que Quirón viene hacia acá.
-Pero...- antes de que pueda decirme algo, parece también notar que Quirón viene y decide irse a su mesa.
***
Todo el tiempo que estuve en el pabellón del comedor, cada vez que miraba hacia Lena, ella articulaba un nombre.
Dylan.
¡Por los dioses!
Claro que él no me gustaba.
Me agradaba, sí, me caía bien, sí, pero de eso a que me gustara era algo totalmente distinto, en los 2 años que había pasado aquí no hablábamos mucho, en realidad.
Y si Lena seguía molestándome con él, o le decía algo de mis falsos sentimientos por él, yo planearía una estrategia de venganza.
Porque yo era hija de Atenea,diosa de la sabiduría, artesanías, defensa y estrategia.
E idearía una estrategia para detenerla.
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