Habían pasado cuatro
días desde que Dylan había tratado de besarme, y en esos dos días lo había
tratado de evitar en la mayor medida de lo posible.
Lena me dijo que tenía
que hablar con él y no huir de su presencia cual cobarde.
Pero simplemente aún
estaba en shock, me sorprendió que Dylan tratara de besarme, simplemente me
sorprendió el hecho de que yo le gustara.
No es que me considerara
una chica fea, sabía que no era fea, pero aún así no comprendía cómo podía
gustarle.
Sofía estaba triste, me
dijo que Dylan le había dicho que lo sentía mucho, pero que no podía salir con
ella mientras quería a otra.
Pero aparentemente él se
convenció de que debíamos hablar, ya que ayer se acerco sin que lo viera, así que no pude huir de él cuando
me dijo:
-Lidia, tenemos que
hablar.
No quería hablar con él,
no ahora, tenía que pensar que decirle.
-Bien, vamos a hablar,
pero en otro lado.
-Está bien.
Caminamos hacia el
bosque.
-Lidia yo...
-Lo siento mucho.
-¿Este es el momento en
el que me dices que solo me ves como un amigo?
Pensé en decirle eso,
solo por un momento, en decirle que sí, que lo veía como un amigo.
Pero sería mentir, ya
que a pesar de todo, en estos días no podía dejar de pensar en ello, por más
que lo evitara.
-No, este no es ese
momento- le dije y vi que él comenzaba a sonreír.
-¿Estás bromeando?
-No, para nada.
-Bueno, entonces,
¿Puedo...
-No preguntes si puedes
besarme, eso arruinará el momento.
-Entonces...
Dylan me besó.
Y en esta ocasión no
baje la cabeza para evitarlo.
Antes de que Dylan
pudiera seguir besándome, escuche que alguien gritaba:
-¡TODOS LOS
CAMPISTAS REÚNANSE EN EN PABELLÓN DEL COMEDOR AHORA!
Cuando miro a los ojos a
Dylan, puedo sentir como la sangre sube a mis mejillas.
-Bien...
-Creo que deberíamos ir
-No vamos a hacer como
si esto no hubiera pasado ¿O sí?
Suspiro y niego con la
cabeza.
-No, solo es algo...
incomodo
-¿Por qué?-me pregunta y
una sonrisa maliciosa se forma en su rostro.- ¿O nunca habías besado a alguien?
-Creo que deberíamos
ir-murmure enfurruñada y caminando, o más bien corriendo, lejos de él.
¿Se estaba burlando de
mí? Pues bien, que se fuera al Tártaro a hacer gárgaras.
-Lid, lo siento ¿Si? perdóname,
no era mi intensión molestarte.
-Bien,
pero debemos ir a ver porque nos llaman.
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